Si tienes un niño pequeño en casa, entre los doce y los dieciséis meses de edad, y quieres que sea el próximo Velásquez, Goya o Miró, o simplemente para que el niño tenga otra forma de expresarse y de compartir un rato con su persona querida, entonces prueba esta manualidad.
Coloca sobre una mesa un papel grande, de estraza, o incluso de periódico, y sujétalo con papel celo y coloca alrededor los botes de pintura de dedos de colores.
No olvides que con la pintura de dedos uno de los objetivos es que el niño manche, y se manche, luego tenlo en cuenta a la hora de vestirlo y de escoger el lugar donde pintará.
Sólo tendrás que sentarte y hacerlo tú mismo (no es necesario que dibujes nada, sólo realiza garabatos y manchas), explicándole lo que estás haciendo, para que el niño pueda imitarte. Al principio basta con que le ofrezcas un sólo color y que le refuerces desde el primer momento, aún con sus más tímidos intentos. Una de las cosas que más les gusta es plasmar la silueta de su mano sobre el papel repetidas veces.
Otra posibilidad es hacerlo directamente sobre una mesa de cristal o de un material plástico que sea fácil de limpiar. En este caso podemos aprovechar el momento de la recogida y la limpieza para que el niño colabore. Déjale un vaso de plástico o un bote para que lo arrastre por la mesa y realice “caminos” limpios de pintura sobre su superficie (también puedes utilizar directamente una bayeta, pero le será más difícil manejarla).
Coloca sobre una mesa un papel grande, de estraza, o incluso de periódico, y sujétalo con papel celo y coloca alrededor los botes de pintura de dedos de colores.
No olvides que con la pintura de dedos uno de los objetivos es que el niño manche, y se manche, luego tenlo en cuenta a la hora de vestirlo y de escoger el lugar donde pintará.
Sólo tendrás que sentarte y hacerlo tú mismo (no es necesario que dibujes nada, sólo realiza garabatos y manchas), explicándole lo que estás haciendo, para que el niño pueda imitarte. Al principio basta con que le ofrezcas un sólo color y que le refuerces desde el primer momento, aún con sus más tímidos intentos. Una de las cosas que más les gusta es plasmar la silueta de su mano sobre el papel repetidas veces.
Otra posibilidad es hacerlo directamente sobre una mesa de cristal o de un material plástico que sea fácil de limpiar. En este caso podemos aprovechar el momento de la recogida y la limpieza para que el niño colabore. Déjale un vaso de plástico o un bote para que lo arrastre por la mesa y realice “caminos” limpios de pintura sobre su superficie (también puedes utilizar directamente una bayeta, pero le será más difícil manejarla).
1 comentario:
Que buena idea!
Con lo que me gusta a mi jugar con los niños y que aprendan, aunque te confieso que esta manualidad para hacerla en casa me da un poco de miedo.
Saludos!
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